jueves, 7 de junio de 2012

Diario de una Lectura. GRANT MORRISON's BATMAN (I)


DÍA 0. 1 de Junio de 2012. Preliminares

¿De dónde surge la idea? En este caso la explicación es bastante sencilla. Tras haber leído (devorado más bien, ya que fue de una sentada) el Batman INC. recientemente publicado por ECC, y ante la perspectiva que se abre con su nuevo volumen en las Nuevas 52, las ganas de afrontar la lectura completa de lo que Grant Morrison ha escrito hasta la fecha para el hombre murciélago habían ido creciendo de forma paulatina. En su contra, todo sea dicho, estaba el mal recuerdo de lo que Batman and Son había dejado años ha y, sobre todo, las dos reseñas que, en nuestra anterior singladura, habia escrito Mario arremetiendo contra lo que Morrison había hecho con la citada Batman e hijo y, sobre todo, con el Batman R.I.P. Pero aún así, la curiosidad pudo más que la razón y el siguiente paso era buscar una manera novedosa de darle forma a la lectura de los más de cincuenta números que componen este opus con el que el singular y brillante escritor escocés ha rendido homenaje a tan icónico personaje. 

La primera intención, hacer varias reseñas conforme fuera leyendo, se antojaba demasiado común; y así, en un rápido hilo de pensamiento, llegué a este Diario de Lectura, una idea con un claro objetivo, ir completándolo al final de cada día de lectura para que, leído una vez finalizado, se tenga una percepción de cómo va evolucionando la estancia de Morrison en la serie sin que haya mucho tiempo para la reflexión (algo que, preveo, compondrá el epílogo de este diario) y sí para las impresiones en "caliente".

Sin más, os dejo con este experimento que, como acabo de decir, está escrito a "diario" y en el que no se va a editar nada de lo que se haya ido diciendo. 

A ver qué diantres sale; largo será, pero a ver qué forma termina teniendo.

P.D: huelga decir que, en un análisis que se antoja intenso, habrá SPOILERS por doquier. Avisados quedan.

DÍA I. 2 de Junio de 2012. Toma de Contacto

Batman: the Black Casebook; Batman and Son (#'s 655 al 658) & Batman #663: the Clown at Midnight

Guión: Grant Morrison

Dibujo: Andy Kubert & James Van Fleet

Editorial: DC

Formato: Comic Book. 32 Páginas

Precio: Varios

Calificación: 6.5/10

Una de las múltiples ventajas que ofrece la red de redes es que, a poco que uno busque, encuentra etapas completas de las series que quiera leer, ordenadas de forma cronológica y hasta con abundantes guías de lectura en las que apoyarse para no perderse detalle. Y ese fue el caso con el que me encontré cuando me dispuse a descargarme la etapa de Morrison que nos ocupa; que fui a dar con un completísimo archivo en el que estaban todos los números perfectamente ordenados y con una carpeta número cero en la que aparecían recopilados, bajo un mismo título, toda una suerte de relatos que tienen que ver con una frasecilla que Bruce le dice a Alfred en algún momento acerca de un "black casebook". 

En realidad, la referencia (algo que queda claro cuando uno se lee las 170 páginas de historias clásicas del personaje recogidas en esta recopilación casera) tiene que ver con que dichas historias son las que han servido de inspiración a Morrison para el planteamiento de su estancia en Batman. Relatos coloristas y fantasiosos que entroncan con la vena más surrealista de las aventuras del Hombre Murcielágo y que dejan en el lector que está a punto de abordar la etapa de Morrison una clara pregunta: ¿qué diantres habrá sacado el escritor de aquí? Es de suponer que, a lo largo de este diario de lectura conseguiremos dar respuesta a esta y otras muchas preguntas que vayan surgiendo.

Metido ya de lleno en el arranque de la etapa Morrison, he de admitir que el recuerdo que guardaba de Batman and Son era mucho peor de lo que me imaginaba. Vale que, como inicio de tan prolongada estancia, el guionista podría haber dado más de si mismo, pero el vago recuerdo que tenía de este encuentro de Bruce con Damian, el hijo que, sin saberlo, había tenido hace años con Talia (la hija de Rha's al Gul), es un prólogo la mar de correcto de todo lo que está por venir (digo yo, porque con todo lo que me queda por delante, quién sabe) y el dibujo de Andy Kubert (magníficamente entintado por Jesse Delperdang) ayuda a que la lectura se haga en un suspiro. Y dando respuesta a la pregunta que nos planteábamos en el párrafo anterior, cada número de los cuatro que componen este primer arco argumental, comienza a tener numerosas referencias a las historias clásicas del Black Casebook, resaltando sobre todas ellas (que incluyen citas textuales a diálogos de aquellos números) ese graffitti con la frase "Zur en Arrh" relacionada de forma directa con una versión alternativa de un Batman con poderes como los de Superman que aparecía en el Batman #113.

Mención aparte merece ese Clown at Midnight, relato ilustrado por James Van Fleet digno de la mejor escuela del Arkham Asylum y en el que, con enfermizo tono y magistral pulso, Morrison narra el que fácilmente podría considerarse el paradigma en los enfrentamientos entre Batman y el Joker, dando el escocés cabida en un número genial a una miriada de referencias de esas que tanto nos gusta a los lectores detectar.

DÍA II. 3 de Junio de 2012. Escarbando en el pasado del Hombre Murciélago

Batman #'s 664 a 669

Guión: Grant Morrison

Dibujo: Andy Kubert & J.H.Williams III

Editorial: DC

Formato: Comic Book. 32 Páginas

Precio: Varios

Calificación: 8.5/10

Morrison es un genio. Lo ha demostrado con creces muchas veces. Y ya que estamos con Batman, vamos a ceñirnos a lo que el escritor desarrolla en los números que nos ocupan para arrojar luz sobre tal afirmación.

En los seis números que he abarcado en este segundo día de lectura (en realidad han sido ocho, pero dos pertenecen a esa chorrada que fue la Resurrección de Ra's al Ghul y, debido a su poca o ninguna afinidad con lo que se desarrolla en el resto de la serie, me los voy a saltar) he podido comprobar, ya de forma mucho más intensa que en Batman & Son, como las intenciones de Morrison para con el pasado editorial de Batman van mucho más lejos de lo que podía haber imaginado inicialmente.

Para empezar, tenemos los números 664 al 666, en los que Morrison se deja arropar por cierto espíritu Dickesiano para narrar la visita de esos tres fantasmas que el escritor inglés narraba en su Cuento de Navidad. En realidad, Morrison ya había introducido al primero de ellos (el del pasado) en el número 655, siendo el Batman que dispara al Joker y que resulta ser un policía corrupto un recordatorio del origen del personaje. Así, en el número 664, veremos aparecer al fantasma del "presente", otro policía que, esta vez se ha encarnado en una moderna versión del Bane que fue el catalizador del Knightfall a mediados de los noventa. Con homenaje incluido a la forma en el que el villano ultramusculado gracias al Veneno (una sustancia que, recordemos, el propio Batman probaba en aquél arco argumental que apareció en Legends of the Dark Knight) vencía al Hombre Murciélago, en el número 666 (el número de la Bestia si hacemos caso a La Profecía de David Seltzer, el libro en el que se basó la cinta de Richard Donner) nos asomaremos al futuro, un tiempo en el que el manto de Batman habrá pasado a Damien (un nombre elegido nada al azar ya que es el mismo del Anticristo en el citado libro de Seltzer), convirtiendo éste al Hombre Murciélago en un justiciero que hará lo que tenga que hacer para mantener a los criminales a raya. 

¿Y qué pasa en el 665? Pues quizás lo más interesante de estos primeros tres números, ya que será en unas pocas viñetas cuando se desvele al lector qué es ese Black Casebook del que ya os hablé más arriba.

Pero para ello hay que hacer un alto en el camino e introducir un concepto en el que Morrison se fundamenta a la hora de escribir la serie, el de la Hipercontinuidad. Muchas veces durante su estancia en Batman se le ha achacado al escocés el no respetar la continuidad del personaje cuando, en realidad, Morrison abraza la misma de tal manera que acepta introducir en su discurso las historias más alocadas que Batman ha vivido a lo largo de su longeva vida editorial. De ahí el concepto de Hipercontinuidad a la hora de hacer referencia a una continuidad que lo tiene en cuenta absolutamente TODO. Y de ese todo es de dónde Morrison saca tanto algunos de los apuntes que ya hemos mencionado, como lo que compondrá el grueso de los tres números que siguen a continuación.

Dejando a Dickens y pasando a Agatha Christie, Morrison plantea los tres números de Club of Heroes como su particular Diez Negritos, donde un grupo de personajes encerrados en una mansión comienzan a ser diezmados por un asesino que nadie sabe quién es. Pero quedarse en esta más que curiosa similitud literaria sería sólo arañar la superficie de lo que se plantea en los números 667 a 669, ya que es en ellos donde, de forma plena, Morrison echa mano de esas coloridas historias de las que os hable en el Día I para extraer del pasado al Club de Héroes que daba nombre al número 89 del World's Finest original, usando también a los personajes aparecidos en los Batman 62 y 65 y en el Detective Comics 215.

Pero quizás extraer no sea la palabra correcta ya que ello implicaría que la labor de Morrison simplemente se limita a tomar prestados a tan vetustos personajes cuando, en realidad, lo que hace con ellos va mucho más allá y entronca de pleno con esa fijación por plantear las bases sólidas sobre las que construir la leyenda del Hombre Murciélago aceptando que cualquier historia contada sobre él tiene validez. Así, con la ayuda de un J.H. Williams III en plenitud de facultades (que apadrina tres números brillantes llenos de esos recursos visuales que le son tan característicos), Morrison hace evolucionar a todos los Batman de Otras Naciones (unos personajes que después recuperará de nuevo en Batman INC) como si hubiesen sufrido el proceso de deconstrucción y reconstrucción que el propio Hombre Murciélago, y muchos de los héroes del panteón de DC, atravesaron durante los años 80. Tal genialidad hace que el Gladiador, Wingman, el Mosquetero o el Gaucho adquieran una tridimensionalidad brutal en comparación con lo que se puede leer en los números antiguos, cargados de una inocencia y un tono camp a los que los autores rinden homenaje en las primeras páginas del número 668.

Con referencias que también parecen abarcar a títulos más modernos del personaje como el magistral Amor Loco de Paul Dini y Bruce Timm, y toda una iconografía visual que da una importancia tremenda al uso del color (el rojo y el negro como encarnaciones del bien y el mal), está claro que en estos tres números Morrison establece un rasero por el que, inevitablemente, voy a tener que medir lo que esté por llegar.

DÍA III. 4 de Junio de 2012. Preparando el camino para el R.I.P 

Batman #'s 672 a 675  & DC Universe #0

Guión: Grant Morrison

Dibujo: Tony Daniel & Ryan Benjamin

Editorial: DC

Formato: Comic Book. 32 Páginas

Precio: Varios

Calificación: 8.5/10 para el guión, 3/10 para el dibujo

En tan sólo cuatro números, la calidad global del Batman de Morrison desciende bastantes enteros. Pero a la hora de repartir responsabilidades muy poco recae en la aún excelente labor del escocés, y mucho en lo paupérrimo que le podemos ver a Tony Daniel y Ryan Benjamin.

Del segundo en realidad hay muy poco que decir más allá de que su labor entronca a la perfección con lo que Daniel ha venido dibujando hasta el momento en que él interviene en el 675. ¿Y de Daniel? Aquí si que nos podríamos explayar a gusto y ataviarnos con el rostro aguileño del crítico de Ratatouille para ensañarnos con toda la vileza posible contra un dibujo tosco, torpe, que carece de personalidad, que desdibuja rostros y caracterizaciones y que hace gala de un narrativa confusa y pobre que hace que pasear la vista por sus viñetas se convierta en un ejercicio de dolorosa paciencia. Un ejercicio que, al menos en este lector, deja dos dudas que lanzo al aire. La primera, cómo tras Kubert y Paquette, DC decide meter a este Don Nadie en el buque insignia de la familia de colecciones del Hombre Murciélago. Y la segunda, qué diantres seguirían viendo en la otrora grande editorial para cometer la descabelladez de darle, a él solito, la reciente encarnación de Detective Comics en las Nuevas 52. Ver para creer.

Pero no todo iba a ser negro en estos números que, por un lado, sirven a Morrison para seguir preparando el camino hacia la criticada R.I.P (miedo me da lo que me vaya a encontrar mañana) y, por el otro, abundan de manera diferente en las referencias al material clásico que compone el Black Casebook. Usando aquí constantes traslaciones literales de diálogos del Batman #156, un comic que, titulado Robin Dies at Dawn, resulta fundamental para entender a la perfección lo que Morrison discurre en el Batman Dies at Dawn (y quién sabe si lo que está por venir) y en el que se nos explica cómo Batman, sometido de forma voluntaria a un experimento de aislamiento cognitivo, experimenta la muerte de Robin sin saber que todo es producto de su imaginación.

Y es precisamente esa otra de las claves que apuntala desde la sombra la labor de Morrison en su estancia, el constante flirteo del escritor con el juego realidad/ficción, ya de cara a los lectores (que tenemos que poner mucho de nuestra parte para ir intentando distinguir qué está pasando "realmente" y qué no en las páginas del cómic), ya, sobre todo, de cara a la torturada psique de un Batman que el escritor va desmontando pieza a pieza como si de un complejo puzzle se tratara, nublando la percepción del Detective y envolviéndolo todo en una "metaficción" tan soberbia como (sólo a veces) difícil de digerir.

Cerrando el quinteto de cómics que han ocupado este tercer día, tenemos las tres páginas que de Batman, se incluyen en el DC Universe #0, un preludio a la Crisis Final que Morrison aprovecha para enfrentar, cara a cara, a Batman y el Joker en un duelo verbal que da pie a mil interpretaciones diferentes. Mucho espacio necesitaríamos aquí para dar cabida a todo lo que se puede sacar de lo que Morrison (y de nuevo Daniel) consiguen meter en tan breve espacio, ya que desde las frases que cruzan hasta los gestos del Joker, pasando por la composición de viñetas o la mano de solitario que la némesis de Batman está jugando, hay información que se intuye fundamental para lo que está a punto de acaecerle al alter ego de Bruce Wayne. A este respecto, no obstante, me gustaría pararme en una reflexión que dimana de estas tres páginas y que demuestra, de nuevo, la genialidad de Morrison a la hora de escribir. 

Se supone que Joker sabe que el Guante Negro (un villano que se ha ido nombrando de forma intermitente a lo largo de los anteriores números) quiere acabar con la vida de Batman. Y mientras intenta transmitirle a su archienemigo tal cosa mediante las cartas (la mano que juega Joker es la que se conoce como la Mano del Muerto en el Póker, doble pareja de ases y ochos) y varias frases lapidarias del tipo "hay alguien que quiere hacerte mucho daño" hay un par de viñetas en las que el maníaco homicida gesticula con las manos el acto de pegarse un tiro en la sien. Un detalle que podría apuntar a que Batman terminará suicidándose pero que también se puede ver desde el punto de vista de que el Joker, sabedor de que él no será el causante de la muerte del Murciélago, pretende quitarse una vida que, si eso pasa, carecerá de sentido. ¿Es o no es Morrison un genio?

DÍA IV (y V). 5 y 6 de Junio de 2012. La Muerte llama a la puerta de la Batcueva

Batman #'s 676 a 683 

Guión: Grant Morrison

Dibujo: Tony Daniel

Editorial: DC

Formato: Comic Book. 32 Páginas

Precio: Varios

Calificación: 8.5/10 guión; 3/10 dibujo


Antes de nada, mis disculpas si en algún momento de lo que estoy a punto de escribir, divago más de la cuenta, pero el material que hay que comentar da para un análisis tan amplio y complejo que no sé si voy a ser capaz de ordenar todas las ideas y que salga algo coherente. Avisados quedáis.

Punto y a parte en lo que Morrison había venido haciendo con el personaje desde que comenzara su andadura en el número 655, Batman R.I.P da salida por fin al enfrentamiento final entre el Hombre Murciélago y el Guante Negro, un villano como no ha habido otro en la historia del personaje. Y es precisamente en él y en la que podría ser su verdadera identidad, donde vamos a centrar las miras iniciales de éste análisis de R.I.P.

Pocos guionistas saben escribir de la manera que lo hace Morrison a la hora de hacer descansar casi todo el peso de la lectura en las conclusiones que, tras arduas reflexiones, saque el lector. Aún menos los que son capaces de intentarlo en un cómic mainstream de superhéroes. Y contados con los dedos de una mano los que han logrado salir airosos de un trance tan complejo. Morrison, qué duda cabe, es uno de esos últimos. Plantando una semilla que va creciendo lentamente y que se va abonando de múltiples y distintas maneras, el escritor juguetea durante los veintiséis números que desembocan en el 681 con la identidad de ese personaje que se las está haciendo pasar putas a nuestro héroe, un personaje que es uno de los villanos más atípicamente descritos de cuántos se hayan paseado por un tebeo de superhéroes, apartándose Morrison de forma consciente del arquetipo de criminal al que se ve venir a la legua y del que se sabe todo antes de la revelación de su identidad. Dejando que el lector se atormente en la extracción de las pistas que va dejando diseminadas, hay que escarbar (y mucho) en los diálogos, las referencias (tanto escritas como visuales) y en la evolución de la acción a lo largo de esos veintiséis números para llegar a la conclusión de que el enemigo al que Batman se enfrenta no es ni más ni menos que el Diablo. Como lo estáis leyendo.

Y una de las claves fundamentales (no la única, ojo, que ya he dicho que habría muchísimo que escibir aquí) que sustenta tal afirmación es el hecho de que, al margen de que cualquier otra opción se vaya eliminando a si misma conforme avanzan los números (hasta se llega a sospechar de Alfred como la mano detrás de todo), una vez leída la historia, uno no pare de preguntarse cuáles son las motivaciones que llevan a Guante Negro a querer "romper" a Batman. No hay motivos económicos, ni se pretende sacar provecho al quitar de en medio a Bruce Wayne (no se dice claro, pero las acciones del personaje así lo traslucen); lo único que mueve al villano es eliminar a una fuerza del bien tan poderosa como Batman. Mucho habría aquí que seguir argumentando a este respecto, y mucho se podría aportar citando diálogos y páginas en concreto para sustentar el casi irrefutable hecho de que Guante Negro es Satanás y ha tomado forma humana para, al eliminar al Hombre Murciélago, hacer del Universo DC un lugar más lleno de vileza. El mal engendra al mal.

Dejando a un lado a Guante Negro, otro de los puntos fundamentales de esta primera fase en la etapa de Morrison es abordar de nuevo la deconstrucción de Batman pero desde ópticas muy diferentes a las que se contemplaron en la década de los 80. Para ello, como ya hemos apuntado anteriormente, Morrison echa mano de la hipercontinuidad, del Black Casebook (las citas a los números que lo componen siguen abundando en R.I.P) y de una compleja serie de conceptos que, sin orden de importancia, pasan, entre otros, por el análisis del antagonismo entre Batman y el Joker (con la búsqueda del primero de las fórmulas que le hagan entender las motivaciones del segundo), la disección de la psique del héroe en la confrontación con sus demonios más recónditos y, en un plano menos susceptible de ser percibido a simple vista, el coqueteo con conceptos derivados de la religión (si el Guante Negro es el Diablo, Batman es una especie de salvador/redentor) y, como ya ha hecho otras veces (en Animal Man o Flex Mentallo) la inclusión de un metalenguaje con el que analizar el noveno arte desde las entrañas que componen sus viñetas (todo el discurso del Joker acerca de que Batman lo encierra en una caja es muy revelador, como también lo son las páginas que J.H.Williams dibujaba en el Club of Heroes).

En lo que concierne a Batman (que ya toca que hablemos de él un poco), hemos visto como el héroe ha pasado por una auténtica y Homérica Odisea (de hecho, si mal no recuerdo, hay un momento en el que un diálogo se refiere así a lo que está viviendo el personaje) en el que su determinación y aplomo se han visto minados desde dentro sin que pueda hacer nada para evitarlo. Y, de nuevo, hay que rebuscar en la reinterpretación de las claves clásicas para encontrar los mimbres de lo que Morrison hace con el personaje y de cómo, rizando el rizo de lo imposible, todo (bueno, casi todo) termina teniendo sentido. Así, la dichosa frasecita "Zur En Arhh" cobra significado no sólo porque sea la que el Doctor Hurt /Guante Negro implantará en el subconsciente de Batman para desactivar al héroe cuando quisiera, sino porque resulta una derivación fonética (en inglés, claro) de lo último que el Bruce niño escucha por boca de su padre antes de que éste sea asesinado, "Zorro en Arkham", algo que vemos en la última página del 681 y que plantea el famoso ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? Además, esa deconstrucción que el escocés lleva a cabo del héroe no hace sino reforzar la impresión de auténtica fuerza de la naturaleza determinada e imparable que es el Mejor Detective del Mundo, un hombre que se anticipa a todos sus enemigos y a todas las trampas que se le puedan tender y que, llegado el momento, es capaz de ganarle la partida al propio Diablo.
 
Todo ello (y mucho más, creánme) es lo que podemos encontrar en estos veintiséis (veintiocho si contamos los dos que dedica el escritor a describir la relación entre Alfred y Bruce) números a los que R.I.P pone punto y a parte. Una obra que habría reverberado mucho más si no fuera por la (por momentos) atroz labor de un Tony Daniel que, no cabe duda, siguió al pie de la letra las indicaciones de Morrison en lo que respecta al planteamiento de las páginas, porque en lo que a narrativa secuencial se refiere, el artista carece del talento necesario para haber hecho que un cómic brillante en lo que a historia se refiere, se hubiera conertido en un hito inolvidable del noveno arte.

Y así ponemos punto y seguido a este Diario de Lectura. Con el final del R.I.P aún retumbando en mi pensamiento (la "muerte" de Batman no podía ser más indefinida) hacemos un alto en el camino que, aunque no previsto (la primera intención era haberlo escrito hasta llegar al Batman INC), creo necesario para arrancar con fuerza la segunda parte con el comienzo de Batman y Robin y el Return of Bruce Wayne

Nos leemos en unos días.

Sergio Benítez (XII)

1 comentario:

Marione dijo...

Echa letras ahí!! Abusón. Menudo repaso le has dado a casi toda la etapa de Morrison en Batman. Simplemente bestial. Ya que mencionas mis antiguas reseñas, te confieso que le voy a dar otra oportunidad a estos tebeos. Todo el mundo habla muy bien de ellos y es posible que cuando me los leí me pillaran con el pie cambiado. Como todo, leído del tirón la cosa debe mejorar un puñado. Ya te contaré.

Saludazos

PD -- La reseña es muy de las que nos marcábamos de un crossover entero mas los tie ins. The good old times...Abusón!!