martes, 10 de junio de 2008

EL CANTO de las ESTRIGIAS

Guión: Eric Corbeyran

Dibujo: Richard Guerianeau

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Libro Cartoné, 288 páginas

Precio: 20€

Calificación: 8/10

Una de las fotos que más recuerdo de mi niñez es aquella en la que estoy en casa de mi abuela paterna leyendo de forma casual un número de Astérix. Mientras muchos amigos de la niñez se pasaban sus ratos libres correteando por el parque o pegándose tiros con pistolas de juguete, yo invertía mi tiempo en devorar, a partes iguales, cómics de Astérix y Tintín, y novelas de Julio Verne.

Marcado desde entonces por una forma de hacer cómics totalmente distinta a la americana, no es de extrañar que, una vez decidí que coleccionar tebeos era una afición a la que iba a dedicar tiempo (mucho) y dinero (más), el cómic europeo en general, y el franco-belga en particular, haya sido un terreno visitado con asiduidad (aunque no tanto como pudiera ser deseable). Para ello, y hasta hace relativamente poco, la (única) opción era Norma, editorial que durante muchos años ha dedicado gran parte de sus esfuerzos, sino la totalidad, a acercarnos material elaborado al otro lado de los Pirineos. Pero en los últimos tiempos han sido muchas las editoriales que se han subido al barco de la edición de material del viejo mundo. Entre las muchas propuestas que nos podemos encontrar mes a mes en nuestras tiendas especializadas, la de Planeta se conforma como la de mayor tirón. Su idiosincrasia es clara: editar colecciones o arcos argumentales completos en un formato reducido con respecto al original para así abaratar costes y poder acercar la BD a cuanto más público mejor. Una iniciativa que, como todo, cuenta con sus detractores y sus defensores, entre los cuales me cuento. Sirva de precedente que en otros terrenos soy tan purista como el que más, y prefiero mil veces tener una edición en el formato e idioma original antes que una traducción y edición que no respete la fuente. Esta inclinación, que en cómic americano no genera ningún tipo de problema (gracias a dios el inglés no es ningún handicap), sí que encuentra su talón de Aquiles en un francés que, por desuso, ha ido oxidándose con el paso de los años.

Todo lo anterior me lleva a una extraña coincidencia: la que ha provocado que la apertura de este blog se haya simultaneado (casi) con una hornada de títulos muy interesantes procedentes de Planeta que iremos desgranando en los próximos meses (hay que ir alternando lecturas, máxime cuando hay cerca de cuarenta tomos esperando su oportunidad). El primero de ellos es El Canto de las Estrigias y lo cierto es que la primera reseña de material europeo en estás páginas virtuales pone el listón muy alto para futuras lecturas.

Los seis álbumes que conforman el tomo editado por Planeta, se agrupan en una denominada Saison 1, una primera temporada que alude al marcado carácter de serie televisiva que acusa toda la lectura del estupendo tomo. El guión de Corbeyran, mezcla con extrema habilidad conspiraciones gubernamentales con un realista tono de ciencia-ficción y terror, añadiendo al crisol un sentido de la estructura que le permite alternar, de forma soberbia, largas secuencias de diálogos con otras más cortas de acción sin ningún bocadillo. Ello provoca que la lectura del tomo en su globalidad (o de cada álbum) se efectúe sin incómodas pausas logrando el guionista aportar una grata sensación de fluidez que no resta ni un ápice de calidad a su buen hacer. A todo esto hemos de añadir un detalle que eleva aún más si cabe la calidad de la labor desarrollada por el guionista, el haber sabido dotar de voz propia e identificable a cada uno de los personajes: todos los protagonistas del relato cuentan con una personalidad definida en grises (nadie es totalmente bueno ni malo) y perfectamente distinguible, siendo destacable la que es otorgada a Nivek, motor de la mayoría de los acontecimientos.

Pero si el trabajo de Corbeyran destila solidez, la labor de
Guerianeau no le va a la zaga: su trazo claro, detallado y minucioso, con un story-telling preciso que deja de lado experimentaciones vacuas, se muestra igual de efectivo tanto en esas páginas mudas de acción, como en el establecimiento de un escenario adecuado para las de diálogos, en las que se nota la especial atención dedicada por el dibujante al desarrollo de unos trabajados fondos sobre los que situar a los personajes. La caracterización de estos es inequívoca (aunque a veces resulte un poco forzada) y constante permitiéndose el dibujante incluir algún guiño cinéfilo (esos Woody Allen y David Duchovny) que potencia ese carácter serial que antes mencionaba.

Con once tomos editados hasta la fecha en el país vecino (el último de ellos en septiembre del pasado 2007), queda la duda de saber cuándo podrá Planeta contar con todo el material para poder ofrecernos la continuación de esta apasionante serie. La espera se hará muy larga, eso es seguro.

Sergio Benítez (3)

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